Por qué no vienes hacia mí
y posas tu palabra en mi desnuda carne
y renuevas mi sangre y la calientas.
Juguemos con la lunática noche
a dibujar mi voz en tu boca
a danzar con música de agua.
...
Me crispa este sutil secreto
mientras amablemente hablamos
de las mil noches y una noche.
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